miércoles, 28 de agosto de 2013

Días buenos, días trampa

Hay días que te levantas animado.
Te sientes bien física y anímicamente.
Parece que puedes controlar tus pensamientos y evitar aquellos que sabes que te podrían llevar al abismo del que tanto cuesta salir.
Piensas que hay cosas por hacer.
Limpias la casa.
Sales a correr.
Cocinas.
No es que veas un futuro, simplemente no lo necesitas. Tienes un presente y estás bien.
Con evitar echar el ojo al negro pasado te vas apañando.
A veces ésto dura 3, 4, 5 días.
Incluso alguna vez has dejado de tomar los antidepresivos.
Y te sentías bien. Te seguías sintiendo bien.
Pero todo es una trampa.
No estás bien.
Te encuentras bien porque no te estás permitiendo pensar en el vacío futuro ni en el cruel pasado, y porque el presente te está dando una tregua.
Pero éste es un equilibrio demasiado delicado como para que  tu ilusión dure mucho.
Si se rompe por cualquiera de sus partes sentirás el vértigo de la caída.
Y se va a romper.
Seguro.
Puede ser la voz de tu hija por teléfono diciendo "aita ven, por qué no estás aquí", con la tristeza en su voz de 2 años y medio.
Puede ser que sin querer te sorprendas ojeando las fotos de aquellas vacaciones.
Pueden ser las risas de una familia que pasea por la calle.
Puede ser que no puedes comprar tabaco debido a tu precaria situación económica, lo cual te recuerda el futuro que tienes por delante.
Puede ser una película.
Puede ser una canción.
Puede ser cualquier cosa, incluso puede ser sin motivo aparente ninguno.
Pero vas a sentir esa patada en tu culo que te arroja al abismo.
Y del abismo no se sale fácilmente.

moumell


No hay comentarios:

Publicar un comentario